Fuimos estrellas en un firmamento compartido,
brillando con intensidad, en noches de pasión
pero ahora ,cada uno sigue su curso
en un cielo dividido por la separación.
Tus manos,
que antes sostenían el mundo,
ahora se sueltan, se alejan, desaparecen
dejando un vacío, un eco,
de risas y promesas no cumplidas.
Cada lagrima que cae es un adiós
un adiós a los sueños ,a las miradas
que hablaban sin palabras,
a los labios que sellaban pactos de amor eterno.
Nos convertimos en espectros de lo que fuimos,
navegando en la marea de los recuerdos
esperando hallar paz en la tormenta
esperando hallar luz en nuestra ausencia.
Le pido al viento se lleve las lagrimas,
tuyas y mías.
Que el tiempo cure las heridas abiertas y que,
en el horizonte de nuevos amaneceres,
encontremos la esperanza,
que perdimos juntos.
Porque en cada final, hay un principio
en cada despedida ,una nueva oportunidad
para sanar, para crecer, para recordar
que a pesar de todo ,el verdadero amor
siempre deja su huella.
3 comentarios:
Así es.
Doy fe.
El verdadero amor deja siempre huella.
Besos.
Un divino cielo, los que sientan así son privilegiados.
Me encantó leer este poema.
Feliz jueves Menta.
Un abrazo
O amor entrelaçado entre mãos dadas e viagens através da imaginação. Gostei muito do poema
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Abracinho sedutor
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